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martes, 18 de septiembre de 2012

¡DESENGÁÑATE!: Los príncipes azules son absurdos, nocivos... y ficticios




El príncipe azul…el sueño anhelado de muchas mujeres que, desde niñas, esperan con ilusión e, incomprensiblemente,  con ansias de sentirse amadas por un hombre detallista, guapo, adinerado, educado y caballeroso, quien valientemente se convertirá en el salvador de sus abrumadoras vidas. 

El mentado príncipe azul, un sujeto que, según la falsa creencia,  aparece de forma intempestiva, justo cuando en la vida de la damicela todo parece más terrible. No necesita hablar, su impecable e impactante presencia será más que suficiente...simplemente, se acercará a su amada (entiéndase la mujer ilusa), le plantará un beso apasionado y con eso bastará para sellar un amor fiel, puro, lleno de felicidad y que durará hasta la eternidad.  Tomará a la fémina en cuestión (sí, a quien acaba de conocer) entre sus fuertes brazos y la llevará a un reino lejano y multicolor donde la dicha es la ley que impera. Ahí, lejos de su familia y de sus amigos, la "afortunada" (quien por lo visto no tenía otra meta en su vida) olvidará su pasado y el entorno triste e infeliz que la rodeaba antes de ser "salvada" por el hombre más guapo y extraordinario del mundo. 

Ya no habrá más sufrimiento, incomprensión,  aburrimiento, ni preocupaciones para ella. De ahora en adelante vivirá el sueño dorado que, tristemente, algunos dicen que toda mujer anhela... 

Indudablemente, una historia de amor que surgió así (prácticamente de la nada), tiene que culminar con una frase igual de ilógica:  Y vivieron felices para siempre” 


¡¡PATRAÑAS!! 

Es hora de ser honestas, los burros que hablan, los pingüinos que bailan al ritmo de una música pegajosa, el pez que desesperadamente busca a su hijo, la hormiga que emprende un viaje para conseguir ayuda y poder salvar a su comunidad de unos malvados grillos....¡son personajes ficticios!,  tal y como lo es el trillado PRÍNCIPE AZUL, quien protagoniza cualquier cantidad de  cuentos infantiles que niñas inocentes hemos  escuchado, leído y soñado por varias  generaciones.

¿Qué hay del papel que desempeñan las "afortunadas" princesas?
En casi todas las historias, las princesas son hermosas jóvenes, con voces angelicales, cuerpos esbeltos y de finas facciones. Son tiernas, bondadosas, amadas por vecinos, animales, enanos, flores y cuentan con cientos de envidiables pretendientes, todos caballeros valientes que están dispuestos a dar la vida por conseguir un solo beso de ellas. 

Además, cantan, bailan, limpian y nunca pierden el estilo, aún cuando las envenenan, les lanzan hechizos malignos, son encerradas en alguna torre, sentenciadas a vivir en la más absoluta soledad, incomunicadas del resto del reino y custodiadas por feroces dragones.

Sin embargo, la mayoría de las dulces princesas sucumben ante la maldad y los grandes problemas.  Sí, el "mal" las acecha constantemente, y son tan indefensas que quedan paralizadas sin saber qué hacer a la hora de enfrentar cualquier adversidad que se les presente y donde sus vidas corren peligro.  Ninguna puede salvarse por sí misma, no piensan, se dejan llevar por su inocencia y por la debilidad de su caracter. 

Su única esperanza para  ser rescatadas de todas las dificultades que las rodean es la aparición del maravilloso, el inigualable y valiente caballero: príncipe azul (sobra decir que también se caracteriza por ser guapo, seguro de sí mismo, inteligente, soltero y heterosexual). 

¡Qué vidas tan catastróficas habrían tenido estas bellas damiselas si no hubiera sido por la suerte de haber conocido al príncipe azul!. Gracias a este personaje, fueron salvadas de sus calamidades. Con tan solo cantar algunas estrofas de una linda canción y pestañearles unas cuantas veces, un amor a primera vista estaba garantizado para la eternidad. No hubo necesidad de conocerse previamente, ni de hablar un poco sobre sus gustos, sus planes, sus familias ni nada de esas "insignificancias" ...simplemente, ambos sabían que eran el uno para el otro y que juntos serían felices para siempre.


La realidad de los "maravillosos" príncipes azules:
No obstante, si nos fijamos bien, ni siquiera los Príncipes azules de los cuentos eran tan perfectos como nos hicieron creer. Tal vez  muchas mujeres me tachen de amargada o insatisfecha, pero he aquí cuatro ejemplos (los más conocidos y los que me "idiotizaron" durante la niñez y parte de mi adolescencia), y en los cuales, con un poco de objetividad, podemos observar la absurda y cruel realidad:

Príncipe de Blanca Nieves: 
Blanca Nieves, dulce, hermosa e ingenua,  era feliz limpiando y cocinando para los enanos.  Vaya esclava que era la pobre, todo siempre arreglado, precioso y perfecto,  y ella,  siempre cantando y con una bella sonrisa que adornaba aún más su hermoso rostro...  hasta que aparece su macho proveedor y obtiene todo.

El príncipe de Blanca Nieves se enamora al escucharla cantar y desaparece durante el resto de la historia, mientras la pobre muchacha lidia con todos los problemas que le causa su madrastra y encima se mata trabajando  para los enanos, fregando, cocinando y limpiando para que cuando ellos regresaran a casa, encontraran todo reluciente y ordenado. El "maravilloso" príncipe azul no la volverá a ver hasta su muerte ( y solo porque pasaba por allí de casualidad) ¡qué cómodo!, ni la salva, ni la ayuda... se conforma con darle un beso al cadáver frío e inerte y entonces ¡se convierte en héroe!. ¿No tendría que haberse  esforzado  un poquito más por el amor de su amada?

Príncipe de Cenicienta: 
La Cenicienta también era feliz limpiando la casa y  soportando en silencio el maltrato que sufría por parte de su madrastra y sus hermanastras. Era sumisa y sacrificada, por supuesto también hermosa, dulce, ingenua, y su satisfacción personal se basaba en  casarse con un macho proveedor y protector que la sacara de aquel infierno, garantizándole  una vida de abundancia y felicidad. 

El Príncipe, por su parte, estaba presionado por su padre para casarse. Bailó con la más aceptable, en este caso era Cenicienta, pero pudo haber sido cualquier otra, la consigna de la noche era "¡búscate esposa ya!". A media noche,  ella baja corriendo las escalinatas del castillo con sus tacones de cristal (imagino que haber caminado con ellos fue realmente incómodo), pierde uno, probablemente se hace un esguince, pero  incluso así, ¡puede escapar!... ¿A qué tipo   "enamorado para siempre jamás" se  le escapa una dama en tacones?. Además, ¿porqué envía a un mensajero a medir los pies de las mujeres de todo el reino? Seguro que no había dos mujeres en todo el reino que usaran el mismo número de pie. Increíble, si se supone que bailó con ella toda la noche ¿por qué no fue él personalmente a buscarla, acaso no la reconocería, o nunca la miró al rostro mientras bailaban?.

 Príncipe de la Bella Durmiente: 
A la Bella Durmiente no le tocó limpiar casas, le tocó ser el sacrificio de un olvido del padre… y durmió 100 años hasta que su macho proveedor la devolvió a la vida, y así fue hermosa, dulce, inocente, sumisa y feliz a través de su salvador. 

Este príncipe es un infiel, pues estaba comprometido desde niño con la Princesa Aurora, pero no tuvo  reparos a la hora de bailar y cantar en el bosque con una bella campesina que encontró por casualidad. El Rey, que no era partidario de la mezcla de su sangre real con el pueblo llano, se enfadó, pero eso no tuvo importancia. Lo interesante fue cuando la bruja del cuento hechiza a la muchacha, y el príncipe desenvaina su Espada de la Virtud y se enfrasca en una lucha a muerte con la malvada... Sí, como lo leyeron: la espada de la virtud.  

Aquí también el beso del príncipe azul  tiene el poder de resurrección, pues  fue un "beso de amor verdadero".

Príncipe de la Bella y la Bestia: 
El padre de Bella era un mercader en problemas y la Bestia (sí, una vez más) fue su macho proveedor. Ella fue el sacrificio del padre por haber robado una flor del jardín de la Bestia. También se sacrifica por la felicidad de su padre. La diferencia que encontramos en esta pareja romántica es que ellos se conocen antes de enamorarse, pues para que la Bestia vuelva a transformarse en Príncipe no basta un beso, tiene que ser un beso de amor, de una dama enamorada de su interior...no de su peludo físico. 

Presumido y caprichoso, fue convertido en feo y abandonado por todos,  menos por los enseres del castillo. Un día, Bella, una chica amable y hermosa lo visita y la encarcela sin saber que será ella quien quitará el hechizo para convertirlo de nuevo en el príncipe más guapo que exista sobre la Tierra.... 

Un caso flagrante de secuestro y de zoofilia. ¿Pero en qué estaban pensando los escritores de cuentos infantiles? Ella se enamora de él, a pesar de ser un tipo neurótico que maltrata a sus empleados y, además,  después de  haberla retenido contra su voluntad. Eso sólo tiene una explicación: Síndrome de Estocolmo. 

Qué más daba si él era una bestia inmunda. Los cuentos nos enseñan que por muy salvaje que sea un sujeto, siempre habrá una chica maravillosa y perfecta que lo deje todo por estar con él. Qué más da cómo fuera, pensara o se comportara... lo único importante era la belleza de la protagonista y sus constantes muestras de amor incondicional. 

Como vemos en estos cuatro ejemplos, el apuesto Príncipe Azul resulta ser en realidad un macho proveedor de bienes y "felicidad" eterna,  tan vacío que solo se enamora de su amada por su apariencia, por ser la mujer más bella que jamás haya visto… La transforma en su Princesa, la protege, le da todos los gustos, todos los caprichos, siempre y cuando ella se mantenga en su castillo y su felicidad dependa únicamente de él. 

En todos los cuentos aparece en su magnífico corcel cuando ella está en problemas (o mejor dicho cuando ya todo pasó), se aproxima para  besarla y salvarla con su amor (y su billetera, por supuesto)

Por otro lado, ellas se van con el primero que les estampa un beso o que les promete un palacio. A Blanca Nieves y a la Bella Durmiente, podemos darles el beneficio de la duda, porque revivir de la muerte o de un coma de un siglo tiene que causar daños cerebrales... Pero, ¿ y las demás?.

Un estereotipo más:
Vivimos en una sociedad machista en donde sobreviven estos estereotipos arcaicos  y donde las mujeres siguen soñando con alguno de estos Príncipes, con los que nos salvan montados en su corcel, con los que son feos y antipáticos como el sapo y se transforman por amor.   

Disimulado en la modernidad, así como el Príncipe ahora anda en auto, la Princesa usa lavadora y aspiradora, pero sigue siendo la encargada de la limpieza y su felicidad sigue dependiendo de la realización personal del Príncipe, del macho proveedor… Sí, debemos admitir que aún hoy en día, estos estereotipos existen. 

Ambos sirven como un producto mercadológico,  y funcionan para vender cuentos, hacerlos películas, crear todo un mercado de juguetes, juegos de video, dvd, ropa, marcas, etc, etc, pero sobre todo, para vendernos a nosotras las mujeres la falsa idea de que al crecer, podemos encontrar a un hombre bueno, amoroso, lleno de cualidades y que nos amará por encima de todo…siempre y cuando nosotras seamos lindas, sumisas, tiernas, algo valientes (con sus límites) y dispuestas a abandonar todo por el amor del soñado ejemplar masculino…. 

El estereotipo de príncipe azul es perjudicial porque hace que las niñas se identifiquen con esas figuras y vean algunos elementos mágicos de príncipe azul en un compañero cuya conducta creen que podrán cambiar con un beso, con entregarse, o bien,  porque el amor lo puede todo; y para el niño también es negativo, porque transmitimos que el príncipe tiene que conquistar, ser valiente, decidido, osado, y les enseñamos que la conquista es algo vinculado a la hombría, y que así serán más valorados por los hombres y por las otras mujeres, porque el príncipe azul siempre es deseado por el resto de las mujeres 

Es solo una cuestión de estereotipos sexistas, donde lo más peligroso son las imágenes de amor romántico y sumisión que todavía encontramos, sobre todo en novelas y revistas para adolescentes. Resulta muy dañino que se perpetúe que sólo la chica guapa consigue al príncipe azul y tiene éxito. Luego viene la anorexia, la insatisfacción por el físico personal, el deseo de operaciones de cirugía estética, la depresión...

No se trata de dejar de lado los cuentos tradicionales, sino de formar lectores y lectoras críticos que disfruten con la lectura y sean capaces de interpretarlas en el contexto real, entendiendo que el momento actual responde a otros parámetros en los que no debe establecerse ninguna discriminación entre niños y niñas, entre hombres y mujeres. 

La literatura infantil ha avanzado en todo lo relacionado con los estereotipos, y hay editoriales, padres y madres, y maestros y maestras que se esfuerzan a la hora de elegir las lecturas para los niños.  Educar es la clave para construir seres humanos respetuosos y libres de estigmas.

La sociedad cambia porque las personas cambiamos y los cuentos de hadas que leímos siendo niños ya no reflejan el mundo de hoy. Autores, ilustradores y editores tienen la misión de adaptar la fantasía de los cuentos al tiempo actual. Es preciso que todos nos involucremos en la erradicación de viejos estereotipos: La mujer pasiva, abnegada, humilde, tierna, inculta y femenina que se ocupa de las tareas domésticas; eso cuando no es la malvada madrastra o la bruja fea y odiosa. El hombre activo, valiente, aventurero, fuerte, inteligente e independiente; eso cuando no es el príncipe maravilloso, rico y guapo o el sapo que, bajo el hechizo de la bruja, espera el beso de amor que le devuelva sus atributos. 

La identidad masculina y femenina se construye desde la infancia. La familia, la escuela, los medios de comunicación y los cuentos, entre otros elementos de socialización, influyen potenciando la adquisición de roles distintos en función del sexo. Poco a poco se adquiere una identidad de género a través de nuestras relaciones con el entorno y los estereotipos sexistas se siguen transmitiendo todavía al inculcar papeles determinados en función del sexo de cada persona. 

Los cuentos tradicionales, los cuentos de hadas o cuentos populares suelen ser el primer contacto que tienen los pequeños con la literatura y su marcado carácter sexista difunde unos valores que deben revisarse. En este tipo de cuentos, las mujeres siempre se ocupan de la casa, son bonitas, pobres, débiles, torpes, miedosas y sin ninguna instrucción. Por el contrario, el papel asignado al hombre es el de luchador, viajero, inteligente, curioso y protector. El final de estas historias es común y representa la deseada y perfecta relación amorosa que culmina en el archiconocido y vivieron felices por siempre. 

Por lo anterior, concluimos que los príncipes azules NO existen, existen los hombres de carne y hueso, con defectos y virtudes, con éxitos y fracasos, con valores, creencias y sentimientos,  así como quienes respetan a las mujeres y quienes no las valoran….esos sí existen, y tú debes aprender a elegir.


Es hora de que las mujeres nos ubiquemos en la realidad, y que enseñemos a las nuevas generaciones que los cuentos de princesas y príncipes azules, son solo eso….cuentos de ciencia ficción. Las mujeres NO tenemos por qué anhelar un hombre que nos saque de nuestros problemas, ni tenemos que esperar ser amadas por alguno para ser felices….nuestro bienestar no depende de la presencia de ningún hombre; la vida continúa con ellos o sin ellos, 

Seamos realistas:
En primer lugar, seamos conscientes de que la época moderna ha enterrado la frase lapidaria de los cuentos de hadas:  "Y fueron felices para siempre". Olvidémonos de eso y basemos la felicidad de una relación de acuerdo a las demostraciones de respeto, libertad, impulso, apoyo y amor mutuo y recíproco...

Muchas de nosotras nos empeñamos en idolatrar al sujeto que tenemos al lado, no queriendo ver sus fallas o malos comportamientos. Esto claramente es un error. Seamos objetivas, valorémonos primero a nosotras mismas y no neguemos ni justifiquemos la parte negativa del sujeto en cuestión. NO IDEALICEMOS A NADIE. . 

Debemos decir “¡basta!” a la fantasía que nos vende amores eternos, suicidas, prohibidos o dependientes, es una regla que TODAS  debemos comenzar a practicar; porque de lo contrario caeremos en fantasías que solo nos causarán daño. Recuerda que no vivimos dentro de un cuento de hadas....somos mujeres fuertes, valientes, independientes, trabajadoras, con múltiples capacidades y metas por realizar...esa es la realidad. 

Digamos NO a las fantasías como:

* Creer que un hombre nos puede hacer felices; debemos aprender a ser felices por nosotras mismas. 
* Creer que necesitamos que un hombre nos rescate; cada una de nosotras está en un presente y aunque complicado o menos divertido de lo que pensamos, nadie tiene que venir a rescatarnos; podemos salir de donde estamos solas. 
* Creer que sin un hombre a nuestro lado no tenemos valor; una pareja no es un accesorio que aporta un valor agregado, es para compartir, no para darnos brillo. 
* Creer que un hombre debe arreglar nuestra vida; un compañero es para alegrar el camino, no para hacerse cargo de lo que no hemos sabido resolver.
· nosotras tampoco somos las princesitas soñadas. 
* Creer que los hombres son todos iguales, los seres humanos somos diferentes, únicos y legítimos; nadie es igual a otro. 
* Creer que podremos con amor cambiar a un hombre;¿Para qué?, si la persona con la que estás tiene determinadas actitudes que te generan un perjuicio no creas que con amor lo cambiarás; sólo se puede transformar lo que se puede observar. 

Aprendamos a vivir la vida con un estilo menos romántico, pero igualmente intenso y profundo; sin pretender contextos infantiles y propios de la literatura.


¿Un Príncipe azul o un hombre con atributos?
Cualquier momento es bueno para la reflexión, podemos hacer un alto y revisar nuestra vida amorosa y nuestro patrón de comportamiento respecto a las relaciones sentimentales. Las razones por las que nos enamoramos son un misterio, pero el por qué mantenemos el amor es una cuestión mucho más simple. 

Hay ciertas características que todas buscamos en lo que podríamos definir como “pareja ideal” y no como "príncipe azul".  Estas características no salen a flote en la 1ª cita, pero sí vale la pena que las tengas en cuenta, sobre todo si lo que estás buscando es una relación seria, estable y saludable. 

En otros artículos hemos enumerado los atributos que deberían reunir los hombres que podrían ser considerados como "pareja ideal", en esta ocasión resumiremos algunos puntos sobresalientes.


Sugerencias: 

1. Madurez 
La madurez que necesitamos es la de un adulto que se esfuerza por ser responsable, por resolver sus conflictos internos y externos, por lidiar con los traumas de su pasado para dejar atrás al niño que una vez fue, el ex novio maltratado, el profesionista rechazado, etc. y se enfoca por construirse un presente estable. Es un hombre que no va a salir corriendo al primer pleito, y que no tiene miedo de aceptar que busca una relación madura. 

2. Apertura 
El compañero ideal es abierto y no tiene miedo a ser vulnerable frente a nosotras. Busca a un hombre que tenga la mente lo suficientemente abierta como para aceptar cualquier cosa y que te apoye en alcanzar tus metas, que acepte a tu mejor amigo hasta un cambio de residencia. 


3. Honestidad e Integridad 
Una pareja debe entender la importancia de ser honesto en una relación. La honestidad es la base sobre la que se construye la confianza. Una persona honesta por lo general es íntegra. 

4. Respeto e Independencia 
Debemos buscar a un hombre que valore y respete sus propios gustos e intereses, pero que respete todo lo que nos interesa a nosotras. Una persona que no valore tus opiniones o las considere menos importantes que las suyas, es un patán. Tu pareja debe fomentar la igualdad de condiciones y respetar tus opiniones y decisiones.. 

5. Empatía 
Es ideal encontrar a una persona que sea capaz de percibirnos completamente a nivel intelectual, emocional e intuitivo. Si él entiende nuestros sentimientos entenderá nuestras reacciones y será capaz de amarlas y defenderlas porque conoce su fundamento y esto genera un nexo muy importante entre las parejas. 

6. Cariño 
¿Quién quiere estar toda la vida con un iceberg? Todas necesitamos muestras de afecto, alguien que de una manera u otra nos demuestre que está feliz de caminar a nuestro lado, no solo con palabras, sino con hechos. 

7. Buen Humor 
Una persona que nos haga reír es todo lo que necesitamos para atravesar la vida positivamente. Imagina tu vida cuando seas viejita: si a tu lado está un hombre que tiene la capacidad de hacerte reír, no importa cuántas cosas hayan vivido, al final tendrás una sonrisa en los labios. No tiene nada que ver con que sea serio o extrovertido, si a ti te hace reír, si tú entiendes su humor y él entiende el tuyo, ya estás del otro lado. 

8. Complemento
Con él te sientes guapa, especial, única y amada. Si tu pareja te hace sentir que eres su prioridad y demuestra su admiración hacia ti, definitivamente es una buena señal que será un buen hombre.  ¿A qué mujer no le gusta un hombre educado, que nos abra la puerta, nos cuide y de muestras de atención? 



Además de ser un caballero, queremos una pareja que esté pendiente de nosotras y demuestre, de una u otra manera, que te valora y aprecia la relación. Ninguna mujer debería estar con un hombre que no la trate como a una reina. 

9. Comprende y respeta tu mundo 

Él no sólo es bueno y encantador contigo, pero se lleva bien con tus amigas, entiende que estés con ellas y te incentiva a hacerlo. No es celoso ni posesivo y no es de los que te quiere “sólo para él”, pues esta situación sofoca a cualquiera. 

Asimismo, indica un alto grado de seguridad en sí mismo y madurez emocional. Serás mucho más feliz en pareja si conservas tus amistades, tienes tu propia vida y espacio, y él lo respeta. La vida en pareja funciona mejor cuando los miembros no se fusionan pero se complementan.  Un hombre controlador o machista puede hacerte muy infeliz, sobre todo si eres una mujer que necesita su propio espacio y libertad. 


10. Ayuda! 


Cuando hay invitados te ayuda a recoger la mesa, secar los platos y ordenar la casa. Tal vez algunos no entiendan que deben ayudar en las labores domésticas, pero actualmente es indispensable que lo hagan....


Ninguna  mujer quiere un hombre que nunca mueva un dedo en la casa y que solo mire a la mujer haciendo todo. A la larga te puedes cansar y terminar la relación. Son otras épocas. 


11. Expresivo 
No sólo te dice que te ama o que luces bella, pero lo demuestra cada vez que puede. Tener a tu lado a un hombre capaz de expresar su afectividad es un regalo. 


Los hombres que no expresan lo que sienten,  terminan desgastando la relación. La cura para la habituación del matrimonio y las erosiones que nacen con la familiaridad, es renovar la conexión entre pareja con una mirada intima y profunda, un gesto sutil y tierno que mantiene la pasión viva. Sin embargo, si nunca expresa sus sentimientos, entonces no vale la pena.  

Las pequeñas manifestaciones de cariño dan un mensaje sencillo pero poderoso: “Soy un hombre afortunado”. Y eso nos hace sentir valoradas y amadas. 


IMPORTANTE: Debemos reconocer que existen hombres maravillosos que podrían merecer ser llamados príncipes, pero a ninguno le podemos ceder el poder de "rescatarnos". Esto solo lo podemos hacer nosotras queriéndonos mucho, estudiando, trabajando duro y, ante todo, creyendo en nosotras mismas. No esperemos que llegue un hombre en un caballo blanco y nos lleve a vivir "felices para siempre", es mejor forjar nuestro propio futuro y buscar a un hombre que nos complemente y nos ayude a ser la mejor versión de nosotras mismas. 


Aléjate de los hombres que no te valoran: 

Para ayudarte a reconocer algunas características que podrían arruinar el futuro de cualquier relación, pon atención  a lo siguiente: 

- Del infiel, mejor aléjate. Si ya lo perdonaste una vez o si fue infiel con otra pareja, es probable que lo vuelva a hacer. La infidelidad es como que se llevara en la sangre y por ti no va a cambiar. 
- ¿Nunca expresa sus sentimientos? Si es insensible como un hielo o nunca te dice lo que siente, ¿estás segura que te quiere? No creas que podrás hacer que en el futuro se enamore de ti, si desde un principio él no muestra interés. 
- Un tipo violento o agresivo, nunca merece segundas oportunidades. Si no te respeta, te grita, te humilla, te reprime, ¿para qué sigues con él? Éstas no son precisamente las características de un hombre. Así que reflexiona y no sigas perdiendo el tiempo, mira que podrías dejar pasar al verdadero hombre de tu vida. 
- Si no es detallista, nunca te invita a comer, no se esmera en hacerte un regalo, es egoísta en cuestión de dinero, uff, ni te imaginas cómo será si empiezan una vida en común. 
- Si sientes que solo le atrae tu físico, búscate a otro. Una relación duradera no puede sustentarse solo en eso. ¿De qué hablarían si engordas, envejeces o te golpeas la nariz? 
- La familia finalmente influye. Si no te llevas bien con los suyos o él con los tuyos, en algún momento tendrán problemas. 
- ¿Vives una relación de amor – odio?, ¿tienes tantos momentos de pasión, felicidad y amor como de celos, peleas y discusiones? Los extremos nunca son buenos y son un síntoma de que no es una relación muy sana, por el contrario, habla de una relación destructiva y codependiente. 
- Los gustos distintos también pueden ser un problema porque puede significar que ven la vida de formas muy diferentes. Si no comparten un estilo de vida, es posible que tarde o temprano la relación no funcione. 
- No esperes que cambie. Si estás consciente de sus defectos, los asumes pero siempre tienes la esperanza que cuando vivan juntos, cuando se casen o cuando vuelen las vacas él cambiará por ti, deberías replantearte la relación. 




MUJER: 

Aceptémoslo. Ninguna de nosotras somos princesas. No podemos ser perfectas, maravillosas y eternamente bellas. No podemos ser siempre dulces, hacerlo todo por los demás y creer que vivimos en un cuento. No podemos quedarnos a esperar que ningún príncipe maravilloso nos salve, porque tampoco existen los príncipes. Podemos pasarnos la vida intentando encontrar al príncipe azul, al hombre perfecto que nos colme de felicidad, pero recordemos que, finalmente,  la perfección no existe. 

Es hora de demostrar a las nuevas generaciones  que la realidad es muy diferente. Que las mujeres son personas responsables y autónomas, instruidas, capaces de desarrollar cualquier actividad y que los hombres cambian pañales, planchan, preparan la comida y se divierten con sus hijos. 

Los padres y madres juegan un papel decisivo a la hora de evitar que ciertos valores indeseados se instalen en la mente de sus hijos.  Las ilustraciones, por ser el elemento que más llama la atención de los niños en su primera etapa de la vida, deben incluir un número equilibrado de hombres y mujeres y evitar las escenas tópicas en las que la mujer y madre es también ama de casa y el hombre y padre es el que trabaja, lee el periódico y pone a punto el coche. El contenido evitará los roles establecidos y representará a hombres y mujeres en todas las situaciones. El lenguaje no subordinará a la mujer ni valorará al hombre, el trato a ambos sexos debe ser igualitario. 

Si queremos formar personas libres, resulta primordial que el modelo social esté carente de prejuicios, que los personajes masculinos y femeninos de los cuentos desarrollen su papel en una trama basada en el equilibrio entre los sexos. 

...Porque los príncipes y las princesas son "de cuento".


Fuentes: 




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